Cómo integrar el IoT en tu empresa

Muy probablemente estés usando ya, bien de forma activa o pasiva, alguna aplicación del llamado “Internet de las Cosas” (IoT, Internet of Things por sus siglas en inglés). Como empresa, tener en cuenta este concepto ya algo más que emergente, puede llevarte a desarrollar nuevas ideas de negocio, o a adaptar cómo enfocas tus unidades actuales. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), para 2020 habrá 50.000 millones de dispositivos conectados al IoT, diez veces más conexiones M2M (machine-to-machine) que actualmente.

La incorporación de sensores que transmitan datos de interés hasta una fuente central, o la conexión con una plataforma en Internet que dote al objeto de información, serán factores clave en el desarrollo a medio plazo de la actividad empresarial. ¡El IoT ya es una realidad!

Logística

Para aquellas compañías que usan vehículos de manera intensiva, la geolocalización facilita bastante la vida. No sólo porque el GPS pueda ayudar a encontrar un destino, sino para planificar las rutas óptimas, por ejemplo. Combinando los datos de las trayectorias que realiza la flota de la empresa –gracias a sensores que vienen ya de serie en algunos motores, o a los que se incorporen- se facilita trazar caminos que ayuden a reducir el tiempo de entrega, el consumo de combustible, las distracciones o desvíos, y los picos de tráfico. A UPS, la multinacional de los envíos, el IoT le ha permitido ahorrarse 48 millones de kilómetros al año, con el consiguiente ahorro para la compañía y la mejora de satisfacción de clientes.

Mantenimiento preventivo

Con la fábrica 4.0 a las puertas –si no ya en funcionamiento en pruebas-, muchas compañías industriales se plantean optimizar la vida y el funcionamiento de sus equipamientos, vitales para su actividad. ¿Cómo podemos prever cuándo se va a averiar una máquina por culpa de una pieza? Parar la producción, sobre todo en picos comerciales, puede ser un desastre. Por eso, teniendo en cuenta los ciclos de vida de los componentes, la funcionalidad que estén realizando y su intensidad, es posible anticiparse a ello, vía IoT. La combinación de sensores y software especializado es capaz de ahorrar mucho dinero y evitar pérdidas.

Internet de las Cosas - dispositivos conectados en 2020

Wearables

Tanto si se trata de nuevos tejidos que recogen lecturas de nuestro cuerpo como de accesorios que miden nuestra actividad, este es un campo llamado a crecer exponencialmente: hay vida más allá del Runtastic. Las posibilidades en el campo de la medicina, entre otros, son increíbles: ¿y si pudiéramos medir constantemente cómo funciona nuestro cuerpo, recoger esos datos y transformarlos en recomendaciones para la salud? Desde las necesidades alimentarias a la vigilancia de dolencias crónicas, pasando por un correcto diagnóstico a tiempo de dolencias. O lo que es más importante, la prevención. “De acuerdo a tu nivel de consumo de grasas, te encuentras en riesgo de desarrollar diabetes, majete”, puede soltarte tu báscula cualquier mañana. A ver qué cara pones.

Ahorro energético

Bien porque nos duela en la cartera o porque seamos entusiastas defensores del medio ambiente, el control de la energía que gastamos es una de las grandes tendencias del IoT. Lo que iniciaron los edificios inteligentes – que programan el apagado de luces y la calefacción o el aire acondicionado- se ha convertido en un must have de la domótica de consumo. Desde persianas y estores que regulan automáticamente su despliegue y grado de transparencia según la luminosidad exterior, a termostatos inteligentes que permiten ahorrar en la factura energética. A mayor escala, el movimiento de las smart cities busca cómo incorporar esta filosofía al estilo de vida y necesidades de sus habitantes, para reducir el consumo de recursos, ahorrar y proteger el medio ambiente.